La primavera
besaba
suavemente la
arboleda,
y el verde nuevo
brotaba
como una verde
humareda.
Las nubes iban
pasando
sobre el campo
juvenil...
Yo vi en las hojas
temblando
las frescas
lluvias de abril.
Bajo ese almendro
florido,
todo cargado de
flor
-recordé-, yo he
maldecido
mi juventud sin
amor.
Hoy, en mitad de
la vida,
me he parado a
meditar...
Juventud, nunca
vivida,
¡quién te volviera a soñar!
España, 1875/1939
No hay comentarios:
Publicar un comentario