En la vida diaria, las personas se encuentran en situaciones de comunicación donde cuentan episodios presentes o recuerdan otros pasados, expresan sus emociones, e incluso realizan algunas acciones (como gestos corporales y señas) que acompañan al discurso, con el propósito de hacerse comprender. A veces el intercambio de ideas y sentimientos se realiza oralmente y otras de manera escrita.
En literatura ocurre algo similar: se cuentan historias, se expresan emociones y se representan acciones.
Hay que saber diferenciar cuándo un texto pertenece al intercambio cotidiano (chistes, anécdotas, diálogos) y cuándo un texto se convierte en una obra literaria (cuento, novela, poema, obra de teatro).
Los textos literarios exponen la imaginación, el ingenio y la sensibilidad de sus autores y despiertan en sus lectores diferentes emociones y reflexiones. Brindan conocimiento y contribuyen a que el lector observe personajes con distintas características y temperamentos, la calidad de las acciones y vínculos que entre ellos se establecen, y las peculiaridades de paisajes y regiones desconocidas del país y del mundo.
A través de la actitud relajada que surge de leer un libro, mucha gente puede dialogar sobre sus propias emociones y pensamientos, y también puede reflexionar sobre las actitudes de otras personas y sobre lo que ocurre a su alrededor, en el lugar donde vive. Si bien todas las obras literarias son diferentes, se sabe que de acuerdo con el fin que buscan sus autores, pueden agruparse entre sí sobre la base de ciertas cualidades compartidas. No es lo mismo escribir una poesía para un amigo que escribir el texto de una obra de teatro que se va a representar en una escuela. Los objetivos son distintos.
Por eso se afirma que las obras literarias presentan formatos diferentes, que se adecuan a sus finalidades específicas.
Toda obra literaria es producida por el autor —o los autores— con un efecto estético, una impresión de belleza, utilizando el lenguaje de una manera muy particular. Es la representación de un suceso, de un estado de ánimo o de un concepto o idea por medio de un lenguaje artísticamente elaborado.
La obra literaria es una situación comunicativa imaginaria, inventada, no real. Es decir, los hechos o situaciones que ocurren en una obra literaria pertenecen siempre al ámbito de la ficción, al mundo imaginario. Aunque se basen en hechos ocurridos realmente y tomen elementos de la realidad cotidiana, un cuento, una novela, un poema, una obra de teatro, son siempre parte de la literatura. Con la aparición de hechos realistas o verosímiles se intenta crear un efecto de realidad.
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