A partir del viaje realizado a la capital del país, Buenos Aires, pudimos notar la diferencia que existe entre la realidad que los medios muestran y la que se vive.
Antes de llegar teníamos conocimiento del lugar por la información que recibimos durante la primaria y las referencias que nos brindaba nuestro entorno.
En base a eso pudimos “construir” una imagen simbólica de la ciudad, partiendo de su centro en constante movimiento, la inseguridad diaria, la congestión del tráfico y los lugares que conforman nuestra historia. Además sabíamos de antemano que la zona cuenta con las mejores universidades, clínicas, colegios e instituciones que permiten el desarrollo profesional. Pero, no obstante, no podemos pasar por alto las malas noticias que cotidianamente recibimos de esta ciudad.
Luego de visitarla pudimos corroborar que la capital realmente vive con un ritmo muy distinto al que estamos acostumbrados pero también que su peso histórico es innegable, así como los espectáculos luminosos ofrecidos cuando entramos y los sitios que recorrimos.
Se trata de un lugar con un olor muy particular, lleno de costumbres, y que presenta grandes contrastes sociales, ya que en el recorrido pudimos ver las distintas realidades que en ese mismo lugar habitan. Sostenemos que es un viaje que no se podía dejar de hacer y que finalmente sabemos la diferencia entre lo que nos cuentan y lo que nosotros mismos podemos ver. Ahora tenemos nuestra PROPIA imagen de la ciudad de Buenos Aires.
Marcos Anacabe, Martín Cerezole, 5º C
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