Paulo Freire fue un reconocido educador brasilero y, especialmente, uno de los principales filósofos de la educación de fines del s. XX y uno de los principales representantes del grupo de las pedagogías libertarias.
En síntesis, Freire reconoció la existencia de una educación hegemónica a la cual llamó educación bancaria, la que establece y perpetúa la situación económica, política y social. Esta educación bancaria se caracteriza por ser autoritaria y unidireccional; por lo tanto, rechaza la crítica y niega el diálogo y la reflexión.
Como respuesta, surge la educación popular, mediante la cual las personas pueden tomar conciencia de su condición y transformarla justo a través de lo que la educación bancaria rechaza: el diálogo, la crítica y la reflexión.
El hombre vive dentro de un proceso en el que debe despertar su conciencia crítica para reconocerse en el mundo y transformarlo. No obstante, para que estas facultades logren desarrollarse, se requiere de una educación orientada a los sectores populares para ayudar al ogro de su liberación.
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¿Cuáles son los principios de la educación popular?
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El principio de práctica-teoría-práctica
A partir de la práctica, la realidad, se construye la teoría que será llevada a la práctica para la transformación de la realidad.
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El saber popular y la construcción colectiva del conocimiento
Desde lo práctico y las experiencias cotidianas, se puede construir conocimiento que adquiere una connotación científica cuando se hace recurrente en las transformaciones efectivas.
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La práctica como respeto y construcción
El proceso educativo que debe partir de la práctica (reconocimiento y respeto al saber popular, al conocimiento del educando) respetando la identidad cultural, al diferente, desde el diálogo como principio educativo.
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La contextualización
Es decir, el reconocimiento del mundo y del hombre dentro de éste con la finalidad de establecer relaciones horizontales basadas en la humildad, el amor, la fe y el compromiso a los procesos de cambio.
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TEORÍAS DE PAULO FREIRE
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1- Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.
2- Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado.
3- Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos.
4- Enseñar exige la corporización de las palabras por el ejemplo.
5- Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando.
6- Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad.
7- Enseñar exige saber escuchar.
8- Nadie es, si se prohíbe que otros sean.
9- La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.
10- No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión.
11- Decir la palabra verdadera es transformar al mundo.
12- Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa.
13- El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación.
14- El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.
15- Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos.
16- Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre.
17- La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados “ignorantes” son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una “cultura del silencio”.
18- Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra.
19- Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concientización.
20- La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la HUMANIZACIÓN del hombre.