lunes, 31 de mayo de 2021
viernes, 28 de mayo de 2021
jueves, 13 de mayo de 2021
EL LENGUAJE POÉTICO
Todos sabemos que las palabras tienen un significado. Pero también sabemos que, según el contexto en el que se use una palabra, según el lugar que ocupe en una frase, según la situación en la que aparezca, su significado puede variar o puede adquirir nuevos matices. Al consultar en el diccionario, por ejemplo, encontramos muchas palabras con distintas acepciones, que reconocemos cuando escuchamos o leemos cada palabra en una frase u oración determinadas. El sentido de las palabras, entonces no es único ni fijo: su capacidad para manifestar distintos significados es una de las causas principales de la riqueza de la lengua.
Ejemplo: lea el diferente significado de la palabra rojo en las oraciones siguientes:
· El rojo predominaba en el cuadro que pintó.
· Tenía los ojos rojos de tanto llorar.
· El rojo había invadido toda la habitación.
En el primer caso se refiere al color del cuadro (significado claro, sin ambigüedades); el segundo caso, en cambio, es más complejo: rojos están los ojos por efecto del llanto, pero los ojos no son rojos; y el tercer caso es más complejo todavía: ¿a qué se refiere rojo? ¿Se trata de una habitación pintada de rojo?, ¿de una habitación llena de objetos de ese color?, ¿podría tratarse también de una habitación en la que hay manchas de sangre? En este caso, rojo nos hace pensar en un accidente o un crimen cometido en ese lugar y una serie de asociaciones entre palabras nos vienen a la mente.
Lectura:
XXIII
Yo quiero salir del mundo
por la puerta natural,
en un carro de hojas verdes
a morir me han de llevar.
No me dejen en lo oscuro
a morir como un traidor;
yo soy bueno, y como bueno
moriré de cara al sol.
* * *
XXXIX
Cultivo una rosa blanca
en julio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo,
cultivo una rosa blanca.
José Martí
(Cuba, 1853/1895)
Luchador incansable por la independencia de Cuba, esgrimió en su vida dos armas certeras: la pluma y el fusil. Poeta funda-mental de la literatura hispanoamericana, incursionó en prosa y en verso para dignificar la condición humana. Su mensaje literario está dirigido hacia la juventud que aspira a encaminarse hacia los auténticos valores.
Falleció fiel a su ideal de vida: luchando en la acción de Dos Ríos por la libertad de su país.
¿QUÉ ES UN POEMA?
La función poética predomina, especialmente, en las poesías. En ellas, el poeta usa las palabras aprovechando su capacidad de significación y sonoridad. Para ello, el poeta utiliza recursos expresivos y realiza combinaciones de palabras y sonidos que producen un ritmo particular.
Casi todos los poemas están escritos en verso, es decir, que no están escritos de corrido y no ocupan todo el ancho de la página. Los versos, a su vez, pueden agruparse en estrofas, que se reconocen porque entre ellas hay un espacio en blanco.
NOCIONES DE VERSIFICACIÓN
Versificación: es el arte de componer versos de acuerdo con medidas y ritmos determinados.
Verso: es, desde lo sonoro, una unidad rítmica marcada por una pausa final; y desde lo gráfico, se escribe en un renglón, aunque no lo ocupe entero.
Estrofa: Es un conjunto de versos que se separan entre sí por un espacio en blanco. Algunas poesías pueden estar organizadas en estrofas, y cada estrofa puede tener distinto número de versos.
Las estrofas de un poema reciben distintos nombres según la cantidad de versos que contienen:
Pareados: contienen dos versos.
Tercetos: contienen tres versos.
Cuartetos: contienen cuatro versos.
Quintillas: contienen cinco versos.
Sextinas: compuestas por seis versos.
Octavas: son las que tienen ocho versos.
Décimas: son las que tienen diez versos.
Series indefinidas de versos: varía la cantidad de versos y no se separa en estrofas.
Métrica: En muchos poemas, los versos tienen una cantidad de sílabas métricas determinadas. Medir un verso consiste en contar las sílabas que lo integran, teniendo en cuenta algunas licencias poéticas y el acento final. Cuando todos los versos de esos poemas miden igual (o siguen una determinada “métrica”), estamos frente a una poesía con versificación regular, y si no son iguales ni proporcionales entre sí, se dice que es una poesía con versificación irregular.
Las licencias poéticas:
Debemos comenzar por saber a qué llamaremos “licencia”:
1. SINALEFA: se da cuando a una palabra que termina con vocal, le sigue otra que empieza con vocal, así como en el habla corriente tendemos a unir palabras a causa de dicho “enlace” de vocales. En este caso, dicho sonido se contará como una sola sílaba:
Jo/ven,/ a/cér/que/se a/cá:/
¿es/ti/ma us/ted/ su/ pe/lle/jo?/
Pues,/ es/cú/che/me un/ con/se/jo,/
que/ me/ lo a/gra/de/ce/rá./
Rubén Darío (Nicaragua)
2. HIATO: es el caso contrario de la sinalefa. Consiste en la separación de una palabra que termina con vocal con la que le sigue que también comienza con vocal.
Muy/ gra/cio/sa es/ la/ don/ce/lla/
có/mo / es/ be/lla y/ her/mo/sa/.
Di/gas/ tú / el/ ma/ri/ne/ro./
Gil Vicente (España)
3. SINÉRESIS: es la unión de dos vocales pertenecientes a distintas sílabas y que no forman diptongo:
E/lla/ dio al/ des/me/mo/ria/do/
u/na/ al/moha/di/lla/ de o/lor/.
Él/ vol/vió,/ vol/vió/ ca/sa/do/.
E/lla/ se/ mu/rió/ de a/mor.
José Martí (Cuba)
4. DIÉRESIS: es la separación de dos vocales que forman naturalmente diptongo, que se pronuncian con sílabas diferentes y se la marca con una diéresis o crema:
Lar/gas/ bru/mas/ vï/o/le/tas/
flo/tan/ so/bre el/ rí/o/ gris/
y a/llá en/ las/ dár/se/nas/ quie/tas/
sue/ñan/ os/cu/ras/ go/lo/teas/
con/ un/ le/ja/no/ pa/ís./
Leopoldo Lugones (Argentino)
El acento final:
Para medir los versos también tenemos que tener en cuenta qué clase de palabra es la última del mismo, según su acentuación, ya que:
1. Si el verso termina con una palabra grave, el número de sílabas del verso es la que realmente contamos.
Un/ sue/ño/ so/ña/ba a/no/che/ 8
so/ñi/to/ del/ al/ma/ mí/a/ 8
so/ña/ba/ con/ mis/ a/mo/res/ 8
que en/ mis/ bra/zos/ los/ te/ní/a./ 8
Anónimo
2. Si el verso termina con una palabra aguda o con un monosílabo, se le suma una sílaba.
Sau/ce: en/ ver/dad/ te/ di/go/ que/ me/ das/ com/pa/sión 13 + 1
co/mo/ si/ fue/ra un/ ni/do/ se/ te/ ve el/ co/ra/zón./ 13 + 1
Baldomero Fernández Moreno (Argentino)
3. Si el verso termina con una palabra esdrújula, al verso se le deberá restar una sílaba.
Yo/ que an/he/lé/ ser/ o/tro,/ ser/ un/ hom/bre/ 11
de/ sen/ten/cias,/ de/ li/bros/, de/ dic/tá/me/nes/ 12 - 1
a/ cie/lo a/bier/to/ ya/ce/ré en/tre/ cié/na/gas/ 12 - 1
pe/ro/ me en/dio/sa el/ pe/cho i/nex/pli/ca/ble/ 11
un/ jú/bi/lo/ se/cre/to. Al/ fin/ me en/cuen/tro/ 11
con/ mi/ des/ti/no/ su/da/me/ri/ca/no./ 11
Jorge Luis Borges (Argentino)
Además, al hablar de las medidas de los versos, podemos diferenciar dos tipos de versificación: de arte menor, cuando los versos miden ocho sílabas o menos; y de arte mayor, cuando los versos miden nueve versos o más.
Nombre de los versos según la cantidad de sílabas:
a) De arte menor: monosílabos (1 sílaba)
bisílabos (2)
trisílabos (3)
tetrasílabos (4)
pentasílabos (5)
hexasílabos (6)
heptasílabos (7)
octosílabos (8)
b) De arte mayor: eneasílabos (9)
decasílabos (10)
endecasílabos (11)
dodecasílabos (12)
tridecasílabos (13)
tetradecasílabos o alejandrinos (14)
pentadecasílabos (15)
hexadecasílabos u octonarios (16)
La rima: Es un recurso que puede o no darse en la poesía. La rima es la coincidencia de sonidos entre dos o más versos a partir de la última vocal acentuada de cada verso.
Cuando la tarde se inclina
sollozando al occidente,
corre una sombra doliente
sobre la pampa argentina.
Rafael Obligado (Argentina)
La rima puede ser asonante (o imperfecta), cuando, a partir de la última vocal acentuada de los versos, son iguales solamente las vocales.
Por eso cuando la vida
me pone torvo y sombrío,
Cierro los ojos cansados
y recuerdo aquel camino.
En él recorro mi infancia;
oigo mi propio silbido
que despierta muchas cosas
dormidas en el olvido.
Miguel Cané (Argentina)
O bien puede ser consonante (o perfecta): cuando a partir de la última vocal acentuada de los versos, coinciden todos los sonidos (vocales y consonantes).
Me he detenido enfrente del Congreso
y en medio del urbano remolino
he soñado en un rústico camino
y me he sentido el corazón opreso.
Baldomero Fernández Moreno (Argentina)
Pero también están aquellas poesías cuyos versos no poseen rima alguna y que se utilizan en la actualidad. A dichos versos se los llamará versos blancos o sueltos.
ORACIÓN DE UN DESOCUPADO
Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay.
Bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido.
Te digo que no entiendo, padre, bájate.
Tócame el alma, mírame
el corazón.
Yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean.
Te digo que no entiendo, padre, bájate
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
porque no puedo más. Tengo riñones
y soy un hombre.
Bájate. ¿Qué han hecho
de tu criatura, padre?
¿Un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?
Juan Gelman
(Argentina, 1939)
¿Cómo señalar las rimas?
Señalaremos las rimas con letras sobre el margen derecho. A cada rima le corresponderá una letra diferente, según las letras del abecedario. Siempre que en un poema aparezca en sus versos la misma rima, se la identificará con la misma letra.
Habrá que tener en cuenta además si los versos son de arte mayor o arte menor. En el primero de los casos, la letra deberá escribirse con mayúsculas, y en el segundo caso la letra se escribirá en minúscula.
A UNA NARIZ
Érase un hombre a una nariz pegado, A
érase una nariz superlativa, B
érase una nariz sayón y escriba, B
érase un peje espada muy barbado. A
Era un reloj de sol mal encarado, A
érase una alquitara pensativa, B
érase un elefante boca arriba, B
era Ovidio Nasón más narizado. A
Érase un espolón de una galera, C
érase una pirámide de Egito, D
las doce Tribus de narices era. C
Érase un naricísimo infinito, D
muchísimo nariz, nariz tan fiera C
que en la cara de Anás fuera delito. D
Francisco de Quevedo
(España, 1580/1645)
ALGUNOS RECURSOS TÉCNICOS (o recursos de estilo o literarios)
· COMPARACIÓN: establece una comparación entre dos elementos: uno real (A) y otro evocado (B). Estos dos elementos aparecen unidos por el nexo comparativo como.
La blanca cigüeña (A)
como un garabato (B)
Antonio Machado (España)
· METÁFORA: asocia imaginativamente dos elementos, uno real (A) y otro evocado (B). Los elementos pueden aparecer ambos en el verso (metáfora impura) o sólo mencionarse el evocado.
La muerte (A) es una hebra de lágrimas (B)
Hebra de lágrimas (B) --- así llama Mario Benedetti a la muerte.
· IMÁGENES: se utilizan para provocar una representación, en la mente del lector de alguno de los cinco sentidos (imágenes sensoriales) o de algún sentimiento (imágenes afectivas o emotivas).
· Visual cromática:
Ante el pálido lienzo de la tarde
la iglesia, con sus torres afiladas
y el ancho campanario.
Antonio Machado (Esp.)
· Visual cinética:
Una brisa en pañales movía los paraísos...
Baldomero Fernández Moreno (Arg.)
· Auditiva:
Y en los profundos campos silbaba una perdiz...
· Táctil:
Vuela sobre la piedra áspera...
Alfonsina Storni (Arg.)
· Olfativa:
El cerro azul estaba fragante de romero...
Leopoldo Lugones (Arg.)
· Gustativa:
Tu nombre me sabe a hierba...
Joan Manoel Serrat (Esp.)
· Afectivas o emotivas:
El miedo se hizo rabia en las miradas...
Mario Benedetti (Urug.)
· PERSONIFICACIÓN: se otorgan a un ser inanimado características y comportamientos humanos.
Ámbito en que se odian dos colores...
Jorge Luis Borges (Arg.)
· ANÁFORA: es la repetición de palabras o frases al comienzo de cada verso.
Si pudiera beber tu sangre
si pudiera oír en la espera tus ladridos marrones,
si pudiera abrazar el vaivén de tu muerte...
Alberto Girri (Arg.)
· HIPÉRBOLE: es una exageración con fines de alabanza o burla.
Érase un hombre a una nariz pegado...
Francisco de Quevedo (Esp.)
· ALITERACIÓN: repetición de un sonido a lo largo de uno o más versos.
García Lorca
Gracia loca
Pablo Neruda
Nobel para Ud.
Violeta Parra
Ave por la lira
Nicanor Parra (Chile)
· ENCABALGAMIENTO: se produce cuando el sentido de un verso únicamente se completa en el siguiente.
¿De qué muerte vino
este pájaro solo que ahora canta...?
Juan L. Ortiz (Arg.)
domingo, 14 de marzo de 2021
GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel: Algo muy grave va a pasar en este pueblo
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde: "No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo".
El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: "Te apuesto un peso a que no la haces". Todos se ríen. El se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Y él contesta: "Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo".
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, o una nieta o en fin, cualquier pariente, feliz con su peso dice y comenta:
—Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
—¿Y porqué es un tonto?
—Porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Y su madre le dice:
—No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen...
Una pariente oye esto y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero: "Deme un kilo de carne", y en el momento que la está cortando, le dice: "Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado". El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: "Mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas". Entonces la vieja responde: "Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos...". Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde, alguien dice:
—¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
—¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.
—Sin embargo —dice uno—, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
—Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.
—Sí, pero no tanto calor como ahora.
Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: "Hay un pajarito en la plaza". Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.
—Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
—Sí, pero nunca a esta hora.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
—Yo sí soy muy macho —grita uno—. Yo me voy.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen: "Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos". Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: "Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa", y entonces la incendia y otros incendian también sus casas. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado: "¿Viste, mi hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?".
.
El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: "Te apuesto un peso a que no la haces". Todos se ríen. El se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Y él contesta: "Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo".
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, o una nieta o en fin, cualquier pariente, feliz con su peso dice y comenta:
—Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
—¿Y porqué es un tonto?
—Porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Y su madre le dice:
—No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen...
Una pariente oye esto y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero: "Deme un kilo de carne", y en el momento que la está cortando, le dice: "Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado". El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: "Mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas". Entonces la vieja responde: "Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos...". Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde, alguien dice:
—¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
—¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.
—Sin embargo —dice uno—, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
—Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.
—Sí, pero no tanto calor como ahora.
Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: "Hay un pajarito en la plaza". Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.
—Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
—Sí, pero nunca a esta hora.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
—Yo sí soy muy macho —grita uno—. Yo me voy.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen: "Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos". Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: "Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa", y entonces la incendia y otros incendian también sus casas. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado: "¿Viste, mi hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?".
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Gabriel García Márquez
Colombia, en 1927
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