Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar y lo tuvo atareado el día entero, para que no matara al dragón, y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido.
Un estruendo conmovió la tierra. Poco después irrumpieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada en sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron:
-¡Cayó del cielo!
Wei Cheng, que había despertado, la miró con perplejidad y observó:
-Qué raro, yo soñé que mataba a un dragón así.
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Wu Ch'eng-en
China, 1505/1580
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Escritor chino. Es autor de Hsi-yu chi (El mono), novela escrita en lengua vernácula que narra la peregrinación del monje Hsuang Tsang a la India en el s. VII.
:D xd gracias thanks !!
ResponderEliminaralguien sabe que enseñanza o reflexión nos deja.
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