martes, 6 de octubre de 2009

EL DISCURSO LITERARIO

En la vida diaria, las personas se encuentran en situaciones de comunicación donde cuentan episodios presentes o recuerdan, expresan sus emociones, e incluso realizan algunas acciones (como gestos corporales y señas) que acompañan al discurso, con el propósito de hacerse comprender. A veces el intercambio de ideas y sentimientos se realiza oralmente y otras de manera escrita.
En literatura ocurre algo similar: se cuentan historias, se expresan emociones y se representan acciones.
Hay que saber diferenciar cuándo un texto pertenece al intercambio cotidiano (chistes, anécdotas, diálogos) y cuándo un texto se convierte en una obra literaria (cuento, novela, poema, obra de teatro).
Los textos literarios exponen la imaginación, el ingenio y la sensibilidad de sus autores y despiertan en sus lectores diferentes emociones y reflexiones. Brindan conocimiento y contribuyen a que el lector observe personajes con distintas características y temperamentos, la calidad de las acciones y vínculos que entre ellos se establecen, y las peculiaridades de paisajes y regiones desconocidas del país y del mundo.
A través de la actitud relajada que surge de leer un libro, mucha gente puede dialogar sobre sus propias emociones y pensamientos, y también puede reflexionar sobre las actitudes de otras personas y sobre lo que ocurre a su alrededor, en el lugar donde vive. Si bien todas las obras literarias son diferentes, se sabe que de acuerdo con el fin que buscan sus autores, pueden agruparse entre sí sobre la base de ciertas cualidades compartidas. No es lo mismo escribir una poesía para un amigo que escribir el texto de una obra de teatro que se va a representar en una escuela. Los objetivos son distintos.
Por eso se afirma que las obras literarias presentan formatos diferentes, que se adecuan a sus finalidades específicas.
Toda obra literaria es producida por el autor –o los autores- con un efecto estético, una impresión de belleza, utilizando el lenguaje de una manera muy particular. Es la representación de un suceso, de un estado de ánimo o de un concepto o idea por medio de un lenguaje artísticamente elaborado.
La obra literaria es una situación comunicativa imaginaria, distinta de una situación real. Es decir, los hechos o situaciones que ocurren en una obra literaria pertenecen siempre al ámbito de la ficción, al mundo imaginario.
Aunque se basen en hechos ocurridos realmente y tomen elementos de la realidad cotidiana, un cuento, una novela, un poema, una obra de teatro, son siempre parte de la literatura. Con la aparición de hechos reales o verídicos se intenta crear un efecto de realidad.
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FICCIÓN
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Se dice que un texto es ficticio cuando lo que se narra es una historia imaginada por el autor, quien construye un narrador que tiene a su cargo el relato.
A pesar de que algunas veces los cuentos y novelas se originan en sucesos reales, la elaboración de la historia es invención del autor. A través de su imaginación, el escritor puede crear una historia formada por hechos posibles en el mundo real o una historia que relata sucesos que no podrían ocurrir nunca en la realidad.
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OBRA LITERARIA: MUNDO REAL Y MUNDO IMAGINARIO
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En toda obra literaria hay:
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1) un hablante real - un hablante imaginario
2) un oyente real - un oyente imaginario
3) un mensaje real - un mensaje imaginario
4) un mundo real - un mundo imaginario
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En el plano de la realidad debemos tener en cuenta todas aquellas personas o conceptos que realmente existen: autor del texto, lector, texto escrito, contexto (tiempo y lugar en los que se escribió la obra).
En el plano de lo imaginario hablaremos del narrador o “yo lírico”, del destinatario, del mensaje último del texto y del mundo en el que se desarrolla la ficción (tiempo y lugar).
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Ejemplo:
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LA LUNA CON GATILLO
(fragmento)
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(...)
¿Comprendéis por qué
el poeta y el soldado
pueden ser una misma cosa?
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Subiré al cielo,
le pondré gatillo a la luna
y desde arriba fusilaré al mundo,
suavemente,
para que esto cambie de una vez.
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Raúl González Tuñón
Argentina, 1905/1974

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H.R.: Raúl González Tuñón
O.R.: El lector
ME.R.: Texto completo
Mu.R.: Tiempo y lugar donde el H.R. escribió su obra.
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H.I.: Yo lírico (1ra. Persona del singular)
O.I.: Vosotros (2da. Persona del plural)
ME.I.: Situación ficticia: comparación entre un poeta y un soldado, ansias de cambiar el mundo, etc.
Mu.I.: Cielo, luna, mundo.
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HABLANTE REAL Y HABLANTE IMAGINARIO
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En una obra literaria es preciso diferenciar al hablante real, es decir, al AUTOR, que es la persona real que inventa la historia y la escribe, del hablante imaginario, que es la figura ficticia que el autor construye, inventa, para que narre una historia o manifieste sus sentimientos. En el caso de la narración, se lo llamará NARRADOR (que puede estar en primera o tercera persona gramatical); y en el caso de la lírica, se lo llamará “YO LÍRICO”.
En el fragmento de La luna con gatillo, el hablante real es el autor, es decir, Raúl González Tuñón, de existencia física real; es él quien creó una 1ª persona del singular (un “yo lírico”) para expresar sus propios sentimientos. Como el ámbito de toda obra literaria es la ficción, mal podría considerarse al autor como perteneciente a ese mundo.

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