sábado, 7 de noviembre de 2009

¿POR QUÉ LITERATURA EN LA SECUNDARIA?


Uno de los problemas que los profesores advertimos desde hace mucho tiempo es el alejamiento de los jóvenes de la lectura. Hablamos de los jóvenes porque son el «grueso» de la población escolar, pero no debemos olvidarnos de que el problema es general del ser humano. ¿Por qué? Simplemente porque vivimos en un mundo donde la imagen es la comunicación fundamental. Vivimos en un mundo donde no necesitamos movernos de nuestra casa para saber qué es lo que está pasando en Irak, en la frontera de Israel y la Franja de Gaza, en Europa o en cualquier otro lugar del mundo. La televisión ha ocupado en la vida de la gente un lugar importantísimo. Uno no necesita leer ni siquiera el diario para estar informado de las últimas noticias; no siente la necesidad de leer una novela, ya que tiene una variada oferta en la programación. Ni siquiera necesita ir al cine ya que lo tiene adelante de su propia cama. ¿Para qué perder el tiempo leyendo si puedo estar cómodamente sentado frente al televisor escuchando lo que leen los demás? ¿Por qué tener que leer poemas de escritores de antaño cuando puedo escuchar canciones de moda que de vez en cuando con sus letras reflejan lo que siento?
A los que fuimos estudiantes en la facultad, muchas veces nos preguntaban para qué estudiábamos Letras. Las respuestas que dábamos no nos convencían demasiado hasta que al fin, con el paso del tiempo, supimos encontrar una: estudiábamos Letras porque nos gustaba. «Pero ¿cómo van a hacer para enseñar Literatura?... ¡La Literatura no se enseña!», nos decían casi a gritos. Y realmente tenían razón. No se puede enseñar Literatura. Lo que tenemos que lograr los profesores de Literatura es que los alumnos disfruten de la lectura, que los alumnos sepan que es la Literatura la que enseña y no los profesores, que con la Literatura se aprende... ¿A qué? Entre otras cosas, a vivir.
Leer Literatura significa incursionar en un mundo irreal, creado por un autor con fines estéticos. Porque la Literatura no es solo la expresión de sentimientos, la mera apelación a quien lee o escucha, el testimonio de algo que pasó o el relato de una ficción. La Literatura incluye esas funciones pero las subordina a otra cosa: al placer estético.
¿Y cómo puede algo irreal, algo ficticio, enseñarnos a vivir? Los alumnos lo podrán comprobar o no durante el paso por la escuela. Estará en los textos que lean el sentido de la Literatura, el sentido de lo que el autor quiso transmitir. Pero a ese sentido lo tendrán que descifrar. No se van a encontrar con escritores que digan «la vida es linda y hay que vivirla» o «la vida no tiene sentido, ya que es solo el camino hacia la muerte». Ellos dirán eso y mucho más pero con otras palabras. Los alumnos serán los que deberán descifrar los mensajes. Y sus profesores, los responsables no solo de ayudarlos en esa tarea sino también de la selección de textos, tarea que por cierto no es nada fácil.
Con la Literatura se puede viajar tan lejos como queramos, siempre que al leer sepamos comprender, sepamos dejar volar nuestra imaginación, y sepamos aceptar el juego que el autor nos propone. No de otra forma vamos a poder disfrutar de la Literatura. Leer Literatura significa ser cómplice de un juego apasionante; un juego que sirve para hacernos pensar, reflexionar y cuestionar el mundo en que vivimos en todos sus aspectos. Ya no se es un simple lector cuando nos enfrentamos a un texto literario: ese texto nos provoca, nos desafía y nos invita a participar con inteligencia de los hechos.
Muchos adultos se preguntarán: «A mi edad, en mi situación, ¿para qué quiero leer literatura? ¿Me va a ayudar a encontrar trabajo? ¿Me va a ayudar a progresar en el que ya tengo? ¿Voy a ganar más dinero leyendo poemas de la Edad Media o interpretando El Quijote?» La respuesta es simple: no.
«Entonces, ¿para qué perder el tiempo?», se volverán a preguntar. Y nuevamente, una repuesta: no van a perder el tiempo si no quieren perderlo. No van a perder el tiempo si no se los hacen perder los profesores. Entre todos, entre profesores y alumnos, se trata de hacer de esta materia una buena oportunidad para pensar, para aprender a criticar con fundamentos, para saber interpretar al mundo que nos rodea, para abrir nuestra mente y poder advertir cuándo algo es bueno o cuándo algo es malo, para relacionar hechos pasados con nuestra vida, para advertir que el hombre durante toda la historia siempre vivió preocupado por los mismos temas: el amor, la muerte, el poder, la existencia, el trabajo, la dignidad... Pero siempre desde la propia perspectiva, la de cada uno, que puede ser coincidente o no con la del otro.
Y ubicar a la Literatura en su contexto (tiempo, lugar) ayudará a los alumnos a dar sentido a lo que van a leer y podrán comprender cómo a través de las distintas épocas el pensamiento del hombre fue evolucionando hasta llegar a nuestros días.
Alimentar la conciencia crítica, abrir la mente al mundo y a las ideas, gozar al momento de leer un texto, son solo algunas de las metas que la Literatura propone. Todo dependerá del entusiasmo que pongan alumnos y profesores para que Literatura no sea una materia más a aprobar para obtener un título secundario.
Y si algún día lejano, cuando en algún momento de su vida, por alguna u otra razón, algún alumno relacione sus experiencias con algunas de las que ha leído en algún texto literario en la escuela, o si recuerda algunas de las enseñanzas transmitidas en una clase de Literatura, que esté seguro de que aunque no se entere, quien intentó hacerle disfrutar de la lectura va a sentirse feliz.
Y si al terminar la escuela secundaria piensa que la Literatura no le sirvió absolutamente para nada, el esfuerzo del profesor —si realmente lo hubo— habrá sido realmente en vano.
Por eso es un desafío enseñar Literatura en la escuela secundaria a alumnos con características tan diferentes, vidas tan heterogéneas, pensamientos tan disímiles, pero seguramente con ansias de tener la inteligencia suficiente para que en la vida nadie los atropelle ni se aproveche de la situación que estén atravesando, cualquiera que sea.
La Literatura no hará mejorar a nadie su situación económica, pero ayudará a pensar, ayudará a elegir, ayudará a desenvolverse en el mundo con más sentido crítico, divertirá y ayudará —a no dudarlo— a crecer como persona.
Se debe tomar a la Literatura como un desafío... Para quienes intentamos hacerla gustar, lo es desde hace ya mucho tiempo.

Sergio Fassanelli


4 comentarios:

  1. Me gusta mucho y estoy de acuerdo, la literatura enseña, entre otras cosas, a vivir.
    Estudio Letras y me sentí identificada,estaría bueno que los profesores supieran transmitir eso(espero, si me recibo, lograrlo). Son pocos los que deciden estudiar Letras, supongo que en algunos casos por la inseguridad que generan tantas preguntas inquisidoras.
    Muy Lindo!

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  2. Qué bueno que estudies Letras... Y si estás de acuerdo con estas ideas, seguramente vas a hacer todo lo posible para transmitir el placer por la Literatura. Muy lindo tu blog

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  3. Interesante el análisis que hace.La Literatura bien enseñada ayuda a desarrollar el pensamiento crítico y creativo de nuestros estudiantes. Saludos
    Mary Flores N.

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  4. muy buena reflexión, me sirve mucho a la hora de fundamentar mis planificaciones

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