domingo, 6 de diciembre de 2009

¿PRESIDENTE KIRCHNER O PRESIDENTA KIRCHNER?

Sin dudas, cuando nos referimos a la señora Cristina Fernández de Kirchner, no solo es correcto decir que es la presidenta de nuestro país sino que “suena” mejor que utilizar presidente, y esto no conlleva en absoluto una falta de respeto, una degradación ni un sentido despectivo.
Cuando hablamos de la formación del femenino en profesiones, cargos, títulos o actividades humanas, ya no solo debemos remitirnos a los diccionarios de la RAE para consulta, sino a los “usos y costumbres” que han aceptado ampliamente (especialmente a través de la prensa) el empleo del femenino para aquellos oficios, funciones o actividades que desarrollan las mujeres en la actualidad, tareas que tradicionalmente eran desempeñadas por los hombres. Sólo como ejemplo vale mencionar que la Academia ya ha aceptado como correctas sastra (de sastre) y cacica (de cacique).
¿Malsonantes? Puede ser, pero en muchos casos ya se ha generalizado el uso del femenino para aquellos cargos ejercidos por mujeres: jefa, directora, ingeniera, abogada, técnica, arquitecta, síndica, perita, defensora, fiscala, jueza, concejala y, por supuesto, presidenta.
Y no estamos hablando de un uso tan reciente de estos femeninos. ¿O la clase obrera, el pueblo, no decía ya durante el primer gobierno del General Perón “Evita capitana”? ¿Se cuestionó por aquella época si debía decirse “Evita capitán”?
Este texto no pretende ser purista ni dejar de serlo. Harto sabido es que las lenguas vivas como la nuestra cambian constantemente y lo hacen según el uso y la aprobación que le da la gente, el pueblo parlante.
¿Suena “lindo” decir: “La presidente se reunió con las gobernadores y las concejales de todo el país para analizar el futuro de las Jefes de Hogar”? ¿O “Las jueces y las fiscales de la Nación tuvieron su propio congreso”? Evidentemente, no.
Es hora de que aceptemos los usos y costumbres del pueblo —en este caso, además, avalados por la Academia— y si hay resabios de un machismo lingüístico retrógrado que se resiste al cambio —entre los que podemos incluir a muchas mujeres—, combatámoslos en pos de la riqueza de nuestra lengua, siempre viva.

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SF

4 comentarios:

  1. Lo de presidente o presidenta no es un problema de la pureza dela lengua, de la Real Academia Española o de los usos y costumbres. Es la Constitución Argentina la que dice en su Artículo 87: 'El Poder Ejecutivo de la Nación será desempeñado por un ciudadano con el título de "PRESIDENTE DE LA NACIÓN ARGENTINA".'

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  2. Es correcta su apreciación, "Sr. o Sra. Anónimo/a". Pero considero que es hora de que las mujeres que estudian Derecho y se reciben dejen de llamarse "Abogados" o las que estudian Ciencias Económicas y se reciben dejen de llamarse "Contadores". No olvidemos que nuestra Constitución fue redactada hace "algunos años" y sería bueno que reconozcamos y asumamos que nuestra lengua está viva y se adapta constantemente a los cambios y al paso del tiempo sin que eso implique una falta de respeto a la mujer que ostenta un cargo u oficio. Gracias por su opinión

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  3. Bueno, todo es discutible: ¿de qué deberían recibirse los hombres economistas, lingüistas, chapistas, etc.? ¿Por qué los hombres son juristas? A mí me parece que economistos, lingüistos, chapistos, ciclistos, artistos y afines, sería un reclamo justo porque lo de la igualdad va para los dos sexos. Pero una cosa es género biológico y otra género gramatical: la lengua no tiene sexo. Es tan arbitrario marcar con el femenino como con el masculino y finalmente no podemos hablar de mesas y mesos, ni de belleza y bellezo... Si el uso distingue en algunos casos de profesiones está bien, pero no veo que eso tenga mucho que ver con la igualdad de hombres y mujeres a nivel social o cultural, y tampoco veo porqué arremeter contra la economía de la lengua y quedarnos sin genéricos y plurales... Soy mujer.

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  4. Gracias, "Sra. Anónima", por su opinión, y compartimos con usted que todo es discutible. Lo bueno que tenemos las personas es esta buena costumbre de intercambiar ideas. Usted mencionó un vocablo en su comentario que es fundamental para explicar por qué algunas palabras son masculinas y otras femeninas (y nada tiene que ver con el sexo), o por qué "libro" se escribe "libro" y no de otra manera, etc. Esa palabra es "ARBITRARIO". Como en toda lengua, las palabras se escriben de una determinada manera por esa característica de "arbitrariedad" que tiene el signo lingüístico (Ferdinand de Saussure). Las lenguas son "cosas de humanos" y como tal, sus signos son totalmente arbitrarios. Y con respecto a "presidente" o "presidenta", dígame, ¿no queda mejor el femenino para una mujer? De todas maneras, el femenino en este caso no va en detrimento del masculino, que también se puede usar, si usted quiere. Gracias por el comentario

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